El verdadero héroe


Tantas y tontas leyendas
cantadas como si fueran ciertas,
la historia del verdadero héroe
encerrada quedará en estas letras.

Insistió en viajar solo,
sin escudero,
sin nadie que debiera lamentar
sin hechicero,
ni siquiera un juglar.

"Cantaré tu hazañas,
permíteme avanzar"
Mi voz se apagó al sentir su mirada.
"Vuélvete  a tu casa,
no intentes regresar"

En los reinos cantan leyendas
una muerte heróica le dan.
¿Cómo decirles la verdad?

Su final yo conozco, estuve allí,
caminé detrás por mucho tiempo,
hasta el bosque obscuro le seguí.

En tierras desconocidas
otro mal se gesta
lo llaman la muerte negra
pereció por ella.

Intenté salvarlo, mas cuando volví
pústulas negras invadían su cuerpo.
"Toma mi espada", me miró serio.
"¿Cómo podría?, solo soy un juglar".

Con la espada en mis manos
avancé sin descanso;
algo me movia, me negaba regresar.

Al origen del mal llegamos.
Mi vida sentía escapar,
sombría y fría...

Luchar nunca fue necesario.
La espada forma tomaba,
en ser de luz se transformó,
al mal encerró en una sombra.

En el fondo de una cueva,
bañada por tenue luz
yace la tumba del héroe
y la espada que nos salvó.

Cantando su muerte
todos dirán: "Pereció el héroe
luchando contra el mal"

La espada perdida buscarán
y en el bosque negro
su tumba encontrarán.

Segundo poema correspondiente a la primera fase de la iniciativa «Camino de letras» del perfil de Poesía en Español de Wattpad.

Disparador #13 — Categoría Fantasía


«Cuando la noticia se esparció por el mundo, pocos lo creían. Las leyendas de ese ser que les salvaría murió en un
instante y los juglares profesaron nuevas teorías

El héroe caido

Bajando por torres, montañas y lagos
cantaban en lenguas de extraños
noticias de tierras lejanas.

En el borde del cielo infinito
junto a olas que rompen el viento
un mal creciente acecha esta tierra.

Los  campos se mueren, el aire enrarece.
La vida se acaba y el mal fortalece.

Surgió en la montaña dorada
como lluvia sanadora a la sequía,
él y su espada legendaria nos salvarían.

Hacia tierras de nombres prohibidos,
partió solo al horizonte desconocido.
En el bosque obscuro, perdió su camino.

¡Miserable horizonte de mal insondable!
No hay vuelta del héroe inombrable.

Cantan los juglares leyendas extrañas.
Gimen guerreros en tabernas y barracas.
Lloran doncellas a un nombre desconocido.

Su espada rendida en el fin del mundo
Inexplicable paz ha traído su destino.
¿El mal seguirá hasta traernos la ruina?

Primer poema correspondiente a la primera fase de la iniciativa «Camino de Letras» del perfil Poesía en Español de Wattpad.

Disparador #13 — Categoría Fantasía

«Cuando la noticia se esparció por el mundo, pocos lo creían. Las leyendas de ese ser que les salvaría murió en un
instante y los juglares profesaron nuevas teorías«

El último viaje del Endeavor

La emoción en el rostro de los niños. La ilusión en los ojos de la humanidad. La esperanza palpitante en sus corazones; pero, los más sabios y viejos miran con cautela, con recelo, con miedo.

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Hace mucho que navegamos por inercia, sin rumbo fijo, sin destino.

El «Endeavor» se construyó para ser más que una simple estación científica, es una colonia, una nave interestelar en el más pleno sentido; como sacada de una antigua película de ciencia ficción; funcional, autosustentable y de energía ilimitada. ¿Para qué? Sólo por curiosidad; al igual que los antiguos navegantes y exploradores de la Filipinas, que se aventuraban al mar solo para ver qué había más allá. Y aquí estamos, sin un destino prefijado, sin una misión de colonización, solo vivir en el espacio, viajar entre las estrellas recabando conocimientos, midiendo y tal vez, con la esperanza de encontrar algo más.

Mi nombre es Elira comandante en turno de la bahía de navegación, soy quinta generación nacida en el espacio, ajena a la tierra a la que ya nadie llama hogar; nuestro hogar está aquí, entre las estrellas.

 —Envío del informe diario exitoso comandante.

—Gracias alférez, descanse, le llamaré si se le necesita.

«¿Por qué seguimos enviando datos?, ¿acaso aún hay alguien que los reciba? »

Las mediciones con las que partimos de la Tierra hace tanto eran erróneas, la galaxia es más grande de lo que se estimaba y esas estrellas de sus mapas, muchas ya no están; tragadas por agujeros negros o extintas hace mucho.

Nuestra velocidad es constante, medimos y programamos el curso con antelación cada día. Eso lo aprendieron mis abuelos a la mala, confiados en las mediciones de los terrestres casi son absorbidos por un agujero negro que no detectaron a tiempo. Aquí el conocimiento traído de la Tierra es inútil, aquí todo es diferente, el tiempo, el frío, la soledad.

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«Almirante Elira al puente de mando».

«Almirante Elira al puente de mando».

He vivido más que la expectativa promedio, sigo siendo almirante aunque mi bisnieta ya es capitán. Como he dicho, el tiempo aquí es diferente, la primera generación vivió en promedio unos 90 años y a partir de allí la longevidad ha aumentado.

—¿Cuál es el problema comandante Asia?  

—Está frente a usted.

«¡Nada! ¡Por primera vez, nada!»

El espacio siempre está lleno de ondas electromagnéticas, flujos de gravedad, asteroides, estrellas, planetas y tantas otras variables como la materia negra… pero, ahora… ¡simplemente no hay nada!

—¡Mapa en pantalla; muestrenme las coordenadas! 

«Las mediciones estaban mal. No se qué me sorprende.»

—Parece que hemos llegado al límite de la galaxia. ¡¿Cómo es que no se dieron cuenta antes capitán?!

—Ayer el curso era factible almirante.  Parece que el borde se mueve a una velocidad 300% mayor que la del resto.

—Navegante, ¿cuánto tiempo para corregir el curso?

—No el suficiente, almirante. Una modificación abrupta generará daños catastróficos.

—Capitán Asia, algo se mueve al frente.

—¿Algo, cómo que algo?

—¡Almirante los controles se desestabilizan! 

—Curso trazado vuelve a ser viable.

—¿¡Cómo es eso posible!?

«¿Qué está pasando aquí? »

—¡Impacto con onda de origen desconocido en treinta segundos!

—Almirante, el trayecto trazado es fluctuante, aparece y desaparece.

—Almirante, Capitán… Si seguimos por el curso trazado…

—¿Qué pasa, a dónde nos lleva?

—Al parecer…

—… a otra Galaxia.

—Abuela… mira, es Andrómeda… Perderemos contacto con la tierra si proseguimos,  pero, si cambiamos de curso, el hábitat tal vez no resista. 

—Si perdemos el hábitat seremos un féretro flotante en cuestión de días. 

«Estamos frente a otra galaxia. ¿Arriesgar todo el hábitat para no perder contacto con la tierra?» 

—¡Tiempo límite para cambiar el curso: 15 segundos!

«La tierra… es el centro de comando, pero ya para nadie aquí representa otra cosa que un cuento para dormir. Es hora de tener una misión, de tener un hogar».

— Tiempo límite: 10 segundos.

— Transmisión de mensaje de  emergencia, ¡ahora¡

»»“Esta es la almirante Elira de la nave de exploración Endeavor. Última transmisión.
Población: (…).
Activos en servicio: (…).
Estado de la nave: óptimo.
Curso: punto de enlace con la Galaxia Andrómeda.
Posibilidades de retorno inciertas. Envío coordenadas y últimos datos recabados.
Impacto con onda desconocida proveniente de la galaxia, inminente.

—Impacto en 3… 2… 1…

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Al parecer, las leyes universales realmente lo son. La física, las matemáticas, funcionan igual en esta galaxia y lo más curioso es que hay una posibilidad de poder descender en un planeta.

«Almirante, al puente»
«Almirante, al puente»

«La vista es hermosa»

Un azul indescriptible. Un brillo como una joya en el universo.

—Lecturas de humedad, presión, temperatura y oxígeno óptimas.

—¿Algún rastro de vida pensante?

—Negativo Almirante; al parecer, solo vegetación. No hay radiaciones térmicas correspondientes a ningún tipo de vida animal.

—Sonda Liberty ingresando a la nave. Datos en pantalla en 5 minutos.

«¿Será posible que podamos llamar a esa joya hogar?»

—Los datos de la sonda confirman condiciones óptimas para la vida.

El planeta es, en pocas palabras, una tierra virgen. En los próximos meses comenzaremos el descenso y exploración. La nave quedará en órbita como una estación espacial.

Una búsqueda exhaustiva ha revelado que el planeta no tiene un solo organismo animal vivo, no hay insectos ni animales; las aguas incluso son prístinas, sin bacterias. ¿Acaso tenemos derecho de cuidar tan inmaculado lugar?

La nave puede seguir viajando indefinidamente, pero nosotros no elegimos subir ella, esos fueron nuestros antepasados, a nosotros no nos dieron opción. Ahora podemos elegir… elegiremos descender y no cometer los errores que llevaron a la tierra a lanzar a un porcentaje de su población humana, vegetal y animal al espacio.

Este es el primer día de nuestra historia. El año uno de la tripulación del Endeavor en casa, en suelo firme,  en Tierra-Andrómeda.

«Debería tener un mejor nombre.»




“Paradis” – Año 1


Relato creado para los “52 retos de escritura LiterUp” bajo la premisa:

Inventa un cuento que suceda en las estrellas

Mi deber


Lo mismo cada noche de luna llena. Cuatro días, una vez al mes.

Todos me advirtieron que era una locura aceptar este trabajo, pero, ¿qué puede haber de malo en cuidar de un anciana sola?

Muy bien, ya tengo todo: cadenas, grilletes, cloroformo, sogas… Y allí viene lo que falta.

Al amanecer, en el sótano de la casa está ella, tan bella como siempre. Su abuela aún duerme en su alcoba. Tras las gruesas rejas luce tan frágil, su cuerpo desnudo está manchado de sangre, me he acostumbrado a verla. Ella no se siente cohibida. Abro la reja y suelto las cadenas de sus tobillos, le extiendo una bata y ella sube a asearse.

Limpio cuidadosamente los restos de lo que fuera un ser vivo. No debe quedar rastro o provocará malos olores, la vieja exige limpieza.

Al atardecer bajamos de nuevo al sótano. Ella se desnuda y yo recojo y doblo su ropa. Coloco de nuevo las cadenas a sus tobillos con gruesos grilletes; cierro la reja y salgo a cumplir mi deber.

La tercera noche de luna, mientras estoy colocando las cadenas…

—Mátame.

Mis oídos escuchan, pero mi mente no quiere comprender. Al notar mi desconcierto me mira molesta.

—Pero… tu abuela. —Es lo único que atino a responder.

—¡Todo esto es su culpa! —grita apretando los puños, después se relaja y añade—: Ya me encargué de eso, después de hoy no despertará.

—Por favor —ruega tomando mis manos.

Asiento aunque no estoy seguro de poder hacerlo. Tomo el hacha para la leña que hay en un rincón y me acerco, pero titubeo.

—No… no puedo… hacerlo.

—Tu indecisión solo cobrará más vidas — reclama con ojos de acero—. ¡Haz que ésto termine!

Ella se hinca frente a mí y coloca el hacha contra su cuello.

—¡Hazlo ahora! —ordena mirándome con ira, ¿o será aflicción?

No puedo. Salgo corriendo mientas escucho cómo me maldice.

Esa noche descansé en casa. Por la mañana, las sirenas de patrullas y ambulancias recorren las calles.

«¡Mierda!»

Al salir corriendo olvidé cerrar la jaula…

340 palabras.


Microrelato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: indecisión + trabajo.

Mientras el cigarro se consume


—¡¿En qué idioma tengo que hablarte para que me escuches?!

De nuevo hay gritos en la casa de junto. Sé que ella saldrá al jardín y se sentará a fumar un cigarrillo recargada en la esquina de la barda que coincide con mi patio trasero.

—Hola, ¿está todo bien? —pregunto a través de la barda y me siento contra ella.

No hay respuesta, solo una columna de humo gris que sube y se acumula sobre nosotros.

—Quiero largarme y no volver a verle —dice después de un rato.

—¿Por qué no simplemente lo haces?

—Tengo mala suerte —rie entre dientes—. Nunca llego demasiado lejos. Siempre me encuentra.

Eso ya lo sabía, aunque nunca nos hemos visto cara a cara, siento que la conozco mejor que ella misma. Todos estos años las discusiones llegan hasta mi ventana y siempre terminamos haciendonos compañía en este trozo de barda.

—Mis padres dicen que nací con demasiada suerte. He estado cerca de la muerte tres veces y…

—¿Te irías conmigo?

Su pregunta me ha sacado de balance y no sé que responder.

—Lo siento. ¡Vaya tonta! —Escucho cómo da pisotones para apagar la colilla.— Ni siquiera nos conocemos.

—¡Si!  —respondo al sentir que se dispone a irse.

—¿Serías mi amuleto de la suerte? —pregunta en una mezcla de tristeza y broma.

Su voz la escucho sobre mi cabeza, ella me mira apoyada sobre la barda. Sus ojos y los míos se encuentran por primera vez.

241 palabras.


Relato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: amuleto de la suerte + idioma.

Estudiante


Se acerca el día de mi graduación, mamá está llorando y no es precisamente de alegría, es que no le agrada la idea de que voy a mudarme a otro estado para ir a la universidad.

Cuando mi padre murió dejó algunas propiedades a nuestro nombre y por suerte cerca de la universidad a donde asistiré hay un departamento que mamá no ha querido rentar aún.

Las semanas pasaron volando. Firmo la hoja de la mudanza y observo a mi alrededor el montón de cajas. ¿Pero qué tanto me ha enviado mamá? Por suerte el departamento está amueblado o también habría enviado todo tipo de muebles.

No me agrada la idea de tener compañeros de cuarto, pero el departamento tiene tres recámaras y el dinero de la renta puede ayudarme con los gastos de la carrera, así solo me concentraré en estudiar.

Los cuartos se alquilaron rápido, incluso en una recámara un par de chicas se acomodaron juntas. Cuando el día del pago de la renta llega, recojo el dinero y lo llevo al banco. Incluso yo pongo mi propia renta, no les he dicho que técnicamente yo soy la dueña, me siento como una farsante, pero temo que si se enteran no querrán pagar.

205 palabras.


Microrelato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: farza + compañero de cuarto.

Solo un instante


Sobre la línea negra de asfalto transita a la misma hora, cada día avanza y recorre la distancia en el tiempo acordado. 

El cielo se tiñe de colores: rojo, rosa, violeta y naranja se funden entre sí y sobre el horizonte. 

Aves e insectos saben con exactitud la hora, que no se dicta con numeros sino con luces y colores; la temperatura desciende, las aves callan y la luz se extingue. 

Presurosa, recorre el último tramo del camino marcado en negro y blanco hasta su destino. 

Al anochecer, llega a casa junto con la calma,  el frio y el silencio.

100 palabras.


Microrelato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: al anochecer + calle.

El dragón de plata


Al oriente del valle, en el punto donde aparece el sol cada verano, existe una cordillera de místicas montañas siempre verdes. En el centro de la cordillera se encuentra “La torre del Dragón”, una saliente de roca sin vegetación, labrada naturalmente por una hermosa cascada que cae a ambos lados de ella. Su altura es, por mucho, mayor a la caída del agua y en la parte mas alta tiene una cueva donde desde hace siglos duerme el Dragón de Plata, guardian de las montañas esmeraldas y protector de nuestras tierras.

Una vez al año, en el día en el que el sol aparece justo detrás de la torre, mi pueblo, Los Erse, realizan una procesión hasta allí. Se envía una comitiva compuesta de siete doncellas, doce guerreros, tres sabios, una decena de cantores y cinco de los mejores herreros.

Al llegar, los guerreros ayudados por los herreros afianzan y refuerzan las estructuras que permiten ascender hasta la cueva de la torre. Una vez está todo listo la procesión sube. Los sabios van al frente y detrás de ellos los cantores; de cerca les siguen las doncellas flanqueadas por los guerreros y al final los herreros con la carga.

Es la labor más sagrada y el privilegio más grande, al que como mujer puedas aspirar, ser una de las doncellas del dragón.

Los cantores han de recitar los cánticos ancestrales a fin de que el dragón esté en calma y pueda llevarse a cabo la monumental labor.

Mi nombre el Milla y este año yo soy una doncella del dragón. 

Conforme vamos subiendo se escuchan cada vez con mayor intensidad bufidos, gruñidos y otros sonidos aterradores que erizarían la piel de los más valientes.

—Este año esta particularmente molesto — dice una de las doncellas de más edad.

—No te preocupes, los cantores saben como tranquilizarlo —agrega la que va junto a mí después de ver el miedo en mi rostro.

Una vez en la cima entramos lentamente a la cueva una vez que los sabios nos indican que ya no hay peligro. El interior no es obscuro, tiene una fluorecencia natural que encandila.

—No lo entiendo. —Estoy algo desconcertada.— ¿En dónde está el dragón?

—Allí, en el fondo —responde uno de los guerreros señalando con su espada una madeja irreconocible de hojas, tierra y pelos.

—¿Eso?

—Ya veo por qué está tan molesto. —Sin miedo una de las doncellas se acerca a lo que creo es su cara. 

—Este año la temporada de tormentas fue más larga y los deslaves fueron horribles — dice uno de los sabios revisando el daño—, seguramente quedó atrapado por un deslizamiento de tierra

—Con un buen corte de cabello se sentirá mejor.

Es una labor titánica y dura varios días y noches. Mientras los cantores y los sabios se turnan entonando arrullos e historias en un lenguaje que no entiendo, nosotras las doncellas limpiamos, cortamos y desenmarañamos el largo y grueso pelaje del Dragón.

—¿Y esto… una ardilla? —grita una de las doncellas al otro lado de la bestia de plata mientras las demás rien y el pobre animal corre a la salida

Los herreros no tienen descanso, deben mantener afilados los instrumentos y de vez en cuando reparar los que se rompen, solo ellos conocen el secreto de ese material capaz de cortar el pelo que en otros casos es impenetrable. Es por eso que la labor de las doncellas es crucial, si cortamos demasiado dejamos vulnerable a nuestro protector y por el contrario si es muy poco, el pelo crecerá y se enredará antes de tiempo.

Despúes de varios dias el Dragón de Plata está feliz y libre de el exceso de pelo. Sale de la cueva y se dá un buen baño bajo la cascada. Cuando regresa solo resta cepillarlo para retirar los pelos sueltos.

En todo este tiempo los guerreros han vigilado celosamente la entrada de la cueva, el pelo de dragón es muy valioso y existen bandidos que harían lo que fuera para obtenerlo. Con este material elaboramos las ropás de nuestros guerreros, ligeras como la tela y resistentes como el acero. Si es fundido -secreto que solo nuestros herreros conocen- se pueden hacer armas y hasta estructuras muy resistentes. Por eso el dragón es nuestro tesoro, además de nuestro benefactor y mutuos protectores. 

714 palabras.


Relato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: torre + corte de cabello.

¿Cuál es el truco?


Todos los días es igual. El andar presuroso por las calles y debajo de ellas en donde ríos interminables de autos y personas van y vienen a todas horas. Hombres y máquinas arrojan humo al aire que se enturbia y se vuelve pesado respirar. Ni siquiera por las noches hay descanso de su bullicio interminable. Luces artificiales eclipsan las estrellas que deberían alumbrar nuestras noches. Si vienes de lejos y observas el horizonte sabrás que dirección tomar sin perderte, pues en el día el domo de polución es perceptible a kilometros y por las noches la luz que emite resalta como un domo en la obscuridad.

—¿Cúal es el truco para vivir en la ciudad?— pregunté una vez de niño a mi padre.

—¿El truco? —Me miró sin entender y quedó pensativo. —No hay ningún truco, solo debes estudiar y trabajar duro por lo que quieres.

Ahora sé que sí hay truco, pues debes ser capas de ignorar los fuertes ruidos que golpean tus oidos todos los días y noches; luchar con el estres de cada día sin romperte; tener pulmones de acero para poder respirar ese aire viciado y un estómago fuerte pues entre el estrés y la comida rápida no te salvas de visitar al médico más veces de lo esperado…

Ahora que lo pienso… sigo sin entender cuál es el truco. Dudo que exista uno.

228 palabras.


Microrelato realizado para el Writober 2020 basado en la combinación de las palabras detonantes: truco + ciudad.